martes, 21 de abril de 2009

Causas nocturnas

este todavia siento ñañaras al leerlo ... fue como una especie de transe ...
este es de marzo del 2006

Sí, muchas veces hablé de ti, Acerque pequeñas formas de arena a tu imagen

Contraje con tu ausencia pactos de alianza



Muchas veces en sitios olvidados, en sitios de paso, En la alcoba que nos abandono cuando nos creíamos de ella. Hable de ti, o tan siquiera lo intenté, le di a mi corazón el movimiento que podía reconstruirte; Creí mirar tus ojos como razón de actos nocturnos como fuerzas empleadas para encender la oscuridad y señalarme los sitios donde debía tomarte.



¿En que rumor de hoteles? En que rumor de voces que reviven en mi alcoba silbidos de nuestras canciones, en tela de juicio. ¿Se perdieron los pasos de tu corazón, aquel instante probable? ¿Aquello que nuestros cuerpos memorizaron cuando nuestra sangre intento el ritmo infinito?



Luego vinieron los actos de invierno, El viento frío y la lluvia me encerraron en la habitación solitaria. Sin cartas, ni noticias, y entonces el ruido del agua se hizo poco a poco, el ruido de mi alma tratando de escapar de mis huesos.



Y después, muchas veces, volví a pensar en ti, Oí tu risa en el mismo sitio en que mis palabras luchaban por decir como era tu modo de reírte. En el mismo espacio escuchando al azar, en que se abría tu nombre como una flor inmensa.



Bajo el resplandor de las luces. Sonrío a la charla y el humo de los convidados, tintineo de vasos, risitas, monólogos dulces y aterradores. Muchas veces pensé en ti así y de otras maneras, Muchas veces rocé esa aciaga marisma de renovarte en lo más profundo de mí. En lo mas imaginario y en lo mas doloroso. Y también en conversaciones no buscadas, en lo imprevisto de unos ojos, en labios extraños que de pronto nos acorralan en los espejos de otras palabras, En el espacio de otros sentimientos, de otros cuerpos, donde el mar y la niebla nos ofrecen sus oscuras referencias, como buques fantasmas.



Muchas veces así al azar en reuniones, con otras que como tu con gala me escuchaban, que como tu parecen existir pero no ser menos reales, de un momento a otro, de una mirada a otra, iniciaba el gesto con el que nos perdíamos en palabras para siempre, ese ademán secreto entre nosotros que desata tu furia nocturna, tus dones oscuros, y te recordaba y te inventaba a prisa o lentamente, asaltándote con las manos desnudas en cualquier otra. Aplastándola debajo de tu risa, de tu mirada, de tu piel tan blanca. Bebiendo aquellas aguas que tu no hacías correr, Pero yo siempre hablo de ti, y te recordaba sabiendo lo inútil de poner una palabra y otra en las formas perfectas que tu ocupaste, en todos los sitios que aun te corresponden.



Esperaba en aquel cuerpo, un lugar donde pudiera tomar algo tuyo y me detenía como si tuviera que esperarte, como si debiera seguirte mientras te aparecías como una imagen espectral en medio de la oscuridad. Entonces les desmembraba, les quitaba las alas una a una dejándolas indefensas y solas en medio de la niebla y el frío de la madrugada, y al fin solo me abrazaba a tu fantasma a dormir cándido e inocente.



Todo tiene un secreto a tu alrededor, y al despertar todo tiene otra apariencia, y sospechaba del ruido de las puertas, del teléfono que a veces parecía sonar como entonces, no eran sino recuerdos de recuerdos, movimientos imprecisos de vida que te aman mas que a mi aquella noche que me hundiste y fundiste en tu hermosa pesadilla de dolor.

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